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Desde el vientre de la tierra surgimos para lanzar un grito de existencia (Jayac, ref.4), un grito de resistencia en medio de la instantaneidad y simultaneidad del presente. Gritamos con el retumbar de tambores, guitarras, charangos y flautas, gritamos zapateando desde el baile, la música, la creación y la construcción de un legado ancestral que reafirma nuestra presencia y nuestro ser.

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Así, será mi destino

partir, lleno de dolor

Llorando lejos de mi patria

lejos de mi madre

y de mi amor...

Collar de lágrimas

dejo en tus manos

y mi pañuelito

consérvalo mi bien

Y en la lejanía

será mi patria

que con mis canciones

recordaré..

(Los Montalvinos, 1960, ref. 5)

Planteo un juego con la materialidad y escala, con la creación de nuevos cuerpos y objetos como respuesta a la estética que está vigente en Nariño, influenciado por el acontecer cultural de Bolivia y su Diablada ´´ De manera que la diablada es una danza infernal de cuño minero que plasma el respeto al ´´tio´´ o diablo que es el amo de los socavones y por otro lado la devoción a la virgen de la Candelaria patrona de los mineros...´´ (Cochabamba. 2020. ref. 6) , Perú  con el ritual del Inti Raymi ´´ El Inti Raymi era una ceremonia religiosa del Imperio Inca en honor al dios (Inti),  la deidad más veneradas por Incas. Fue una celebración del solsticio de invierno y se convirtió en una fiesta importante para el ambiente que se extendió por todo el Tahuantinsuyo.´´(Peru Hop. 2020. ref. 7) y Ecuador , basándome más estrictamente en la construcción de antifaces y máscaras usadas en diferentes rituales, como el del diablo Huma Y Xierva ´´  El diablo huma, es un ser que, según la tradición, apareció como un rechazo a la imposición católica y durante la Fiesta del Sol o Inti Raymi, se toman, con danzas, la plaza principal y el atrio de la iglesia, que es el símbolo del cristianismo...´´ (El diario. 2019. ref. 8) en Ecuador; como también la iconografía de las tierras andinas y sus asentamientos; los colores usados en carnavales, que responden a las vestimenta local ( follados, ruanas, tolvas, sombreros). Reconozco e identifico este lugar y territorio no como espacio físico sino como un espacio metafórico que permite el cambio, como cadáver exquisito que recoge imágenes para pensar en construcción, color, experiencia, tamaño.

José Miguel G. Cortez (2001) habla acerca de la relación de la experiencia con la memoria, planteando una relación directamente proporcional a los hechos dentro del devenir y el recuerdo, como estrategias netas de lamente. ´´…Debemos tener en cuenta que la memoria la constituimos con los fragmentos escogidos y dispersos de una experiencia que se pierden. el recuerdo no es la experiencia lo que queda es la huella la re-apropiación la interpretación más o menos cercana de lo que ha ocurrido es decir la experiencia de la pérdida de la experiencia por tanto lo que queda inscrito en la memoria no es el recuerdo sino las huellas los signos de la ausencia...´´ (ref. 9)

  Estas extensiones se convierten en un canal donde puedo compartir el acontecer de un lugar sin estar en él,  compartir la esencia  del carnaval (el juego) doblando el volumen incluso triplicando mi promedio de medida corpórea, creando extensiones funcionales, jugando también con la percepción que tenemos frente  los objetos. La manera de describir los procesos o más bien, la experiencia inmanente que se crea permite entender  cosas que se necesitan explicar, y así mismo  cosas que solo pueden SER estando en esos lugares y momentos…Experiencia...

Mi propuesta en términos de masas, color, textura y acciones no tienen ninguna intención de conmemorar algo, sino el deseo de llenar discontinuidad entre un evento culturalmente constituido como el Carnaval De Blancos Y Negros, El Carnaval De La Ex Provincia De Obando, El Carnaval Multicolor De La Frontera. Una necesidad que es solventada con una extensión, pero tal vez los objetos que propongo tienen una tarea más difícil, y es convertirse en canal funcional de sucesos intangibles, como el accionar inconsciente e irracional casi prematuro, como el sentir querer poseer, como adquirir un poder y un dominio sobre un cuerpo y que a la final todo queda consignado en el acontecer de la memoria. La experiencia en estos eventos mencionados es portadora de un  flujo de creación inconsciente que adquiere una potencia en cuanto a la asimilación de cuerpos ajenos al nuestro y ajenos a la concepción de objeto-uso. En medio de estas manifestaciones aparecen objetos cuyo carácter de uso se ve afectado y activado bajo la perspectiva de un tercero, es decir: si hablamos por ejemplo de los atuendos usados en los rituales del diablo Huma y Xierva tienen un carácter de uso en cuanto el ritual comienza y termina,  en ese lapso de tiempo los accesorios que lo  conforman se mueven en respuesta al uso de un cuerpo, máscaras que ahora se convierten un ente portador de movimiento y carácter presencial,  atuendos que se mueven al compás del cuerpo de su portador y que están a merced del mismo, oír los cascabeles rechinar continuamente son la confirmación de que su carácter textil se ha convertido en pieza para perforar, brincar, moverse y ser uno con un tercero.

Somos bultos de materia que se encuentran en contacto con más bultos de materia acumulada y todo este revoloteo es lo que nos hace (y me hace) entender el espacio y  la escala como un completo juego de interpretación: al sumergir mi cuerpo en estos objetos que lo cubren casi en su totalidad, empieza a perforar, a través de una presencia que no responde a un tiempo real, la ausencia dispuesta en un espacio y hablando de un lugar en específico. Comprende una interacción voluntaria donde la simultaneidad del accionar se consigna en gestos bruscos, leves, tensiones, momentos del cuerpo; comprende también estar en ese lugar transportado y apoyado con estas extensiones y juegos corpóreos.

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El diseño de cada una de estas extensiones o mascaras responde a una caracterización del entorno, de la manera en que he sido influenciado  directa o indirectamente con la estética, sus costumbres, comida, el color de los follados de nuestros campesinos, sus exuberantes y vistosas maneras de manifestarse culturalmente y  la manera en como entendemos nuestro territorio. Responde  también a esa necesidad de reafirmar mi identidad y que va en contra del significado de la máscara, es decir que no busco ocultar nada al pensar en un uso práctico de cada una, más bien planteo que mi ser carnaval se disloca en estos espacios de interlocución e interacción y es ahí donde puedo ser , y palpar  ese lugar  estando miles de kilómetros lejos, resumir toda mi esencia y darle valor potencial a un objeto que puedo dominar, que me domina y que genera un lenguaje corpóreo capaz de generar tensiones, de la misma manera hago alusión a la remembranza de la máscara y como se concibe dentro del carnaval, ese sentir de querer expresar lo que somos por medio de disfraces, murgas, comparsas y que se convierten gestos de pronunciación colectiva. También es importante la presencia de un cuerpo ajeno y de un espectador que hacen parte de un performance involuntario que está abierto a las respuestas corpóreas de los espectadores. En medio del recorrido del carnaval, por ejemplo, existen momentos de juegos dirigidos al espectador como el juego de los diablos con las ollas de barro inmensas que van repletas de talco y harina, y en el que busca que el público sea participe de esa puesta en escena, sencillamente los diablos que generalmente van entre diez, sacan a las personas del público y son metidas en estas ollas de talco, haciendo alusión que el carnaval es del público y se constituye gracias a que hay un espectador pero sin dejarlo en la burbuja de espectador, sino trayéndolo a hacer parte del mismo, y que a su vez sigue con la dinámica del juego del carnaval y todo es válido. También, se considera un acto dirigido a la interacción con extranjeros, generalmente el carnaval puede llegar a durar aproximadamente seis horas en las que los espectadores pueden pasar todo ese tiempo casi inmóviles viendo una procesión de ritmos, colores, escalas y miles de personas pasar bailando. Con estos actos la burbuja del espectador se rompe y empiezan a adquirir nueva dinámicas que fluyen sin presiones, y acorde a la esencia natural del carnaval. Estos escenarios son lo que por medio de mi propuesta hago visibles, el interactuar con cuerpos y objetos ajenos, rompiendo las fronteras que se tiene al estar en un museo y/o galería (no tocar, no acercarse hasta cierta distancia, no fotografiar, incluso el reservarse el derecho de admisión para algunos establecimientos y de la misma manera efectuar experiencias mediáticas transportando lugares metafóricos y presencias.

 

Voy a describir de manera sencilla el mecanismo con  el que hago evidente  el rompimiento de  la burbuja respecto al espectador: al estar inmerso en un espacio me encuentro con objetos escultóricos suspendidos y casi levitando, la percepción que tendría en primer instancia sería recorrer el lugar pensando que son cuerpos ajenos y que me remontan a una presencia, el carácter biográfico y escultórico  de estos objetos se encuentra intacto respecto a que no hay ninguna interacción por parte de un tercero y seguirá siendo así hasta que haya un leve indicio o más mínimo gesto de dominio corpóreo.   Cuando esto pasa  su carácter se convierte en una herramienta cambiante. Este tercero me otorgo una pauta para establecer una jerarquía y dominio sobre estos objetos. Cambiará a tal manera que mi percepción en el espacio ya no la considera una escultura sino una extensión y todas las demás simultáneamente. De ahí que la presencia y la puesta en escena con un espectador y unos ¨terceros¨ son indispensable para hablar de interacciones performativas. De acuerdo con ello todo el accionar (que está abierto a variaciones) se convierte en un registro vivo y mediático de interacciones, dominios, presencias y carácter, que a su vez lanzan gestos de re interpretación de un espacio, de un accionar racional e irracional, de una esencia natural de las cosas, y que nosotros como terceros, espectadores y  demás somos los que conformamos el carácter de estos cuerpos, y más que carácter la manera en como constituimos los objetos a través de la experiencia dentro y fuera de estos escenarios culturales, estas estrategias contribuyen a generar nuevas estancias y percepciones para apreciar, considerar y sentir estas manifestaciones dentro del campo artístico, teniendo en cuenta que de manera inconsciente se crean espacios para la escultura, pintura, gráfica, sonido, performance, happening y que por medio de mi propuesta hago evidente escenarios de creación.   

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